Pasaba por aquí y decidí quedarme un rato.

Cuántos meses sin sacar el libro de la estantería ni repasar el blog…

O a lo mejor no son tantos…No sé, el caso es las cosas, las relaciones y la vida en si, deben fluir. Soy exigente y disciplinada, pero también me trabajo el ser flexible. Si quiero escribir, me esfuerzo y escribo y si no quiero forzar, no fuerzo. Y aquí estoy hoy.

Objetivos, valores, metas, deseos…Llámalos como quieras y cuando los tengas, comprométete a tope con ellos, pero en el momento en que creas que los tienes que cambiar, no tengas miedo ni vergüenza a hacerlo, tus motivos tendrás y esos sólo te atañen a ti.

Miro a mi alrededor y a menudo me encuentro con personas inflexibles y rígidas, pero también me encuentro con aquellas que cada vez están más convencidas de que todo debe fluir. Y en ese fluir de las cosas, el a veces «donde dije digo, digo Diego» es muy recurrente y a la vez criticado por los primeros y aplaudido por los segundos.

A veces toca asumir, desconectar, gestionar, calibrar y volver a conectar. Cuando la cabeza se pone a centrifugar a veces hay que dejar que termine el programa de centrifugado y luego, poco a poco, poner a secar los pensamientos, ideas, proyectos, objetivos, sueños y todo lo que salga de ahí….Después será cuestión de ir ordenando y poniendo todo en su sitio. No te estoy diciendo que sea fácil, pero sí que es posible.

Si tu cabeza está centrifugando, tranquila, no estás sola. Pero ten claro que cuanto antes tu yo valiente, tome el control de la situación, poco a poco ese ruido mental que ahora no te deja fluir se irá apaciguando.

Pero eso sí, toma el control, pon todo lo que puedas de tu parte, con paciencia y buena gestión, serás capaz de llegar a volver a verlo todo ordenado. Y ya te lo he dicho, a veces no será fácil y tu esfuerzo tendrá que ser extraordinario, pero recuerda que cuanto más te estés esforzando más disfrutaras de tus triunfos y más grande será tu recompensa.

«Quien dedica su tiempo a mejorarse a sí mismo, no tiene tiempo para criticar a los demás»

– Madre Teresa de Calcuta