«De challenge y entrando en mi prime.»

De los creadores de “Cómo salir a correr y no morir en el intento” … llega “Entrando en mi prime”.

Hace seis semanas me apunté al Six Pack Challenge que propuso mi querida y admirada Asun en el gimnasio. No, no para lucir el famoso six-pack en la barriga este verano (ante todo, seamos realistas con los objetivos), sino para sacarnos de la zona de confort y enfrentarnos al horno murciano que se nos viene encima en verano con una versión mejorada de nosotros mismos. O como se dice ahora en redes: para entrar en mi prime.

Todo comienza con ilusión y desconocimiento: “marca tus objetivos personales”, te dicen. Entrenamiento, alimentación, estilo de vida… ¡Como si una no tuviera ya suficientes objetivos en la vida! Pero tú ahí, a tope con la motivación, rellenando tu cuaderno de hábitos, buscando recetas apetitosas en la aplicación de tu dieta y lista para entrar en el grupo de WhatsApp del reto, para desahogarte cuando el hambre apriete o cuando necesites un empujoncito con la motivación.

Y ahí es cuando empieza lo bueno, amiga. Ahí es cuando se empieza a cortar el bacalao (sin aceite, claro, que estamos a dieta).

En estas seis semanas he pasado de tener una edad cardiovascular de -6,5 años a -9,5. ¡Toma ya! Si sigo así, en otoño seré oficialmente una adolescente en perimenopausia. Y ojo, que en octubre cumplo 50… ¡los nuevos 40, pero con más sabiduría y menos resaca! Ríete tú de Benjamin Button.

Además, he corrido mis primeros 5K del tirón en meses… o años… o eras geológicas, no sé. El pasado domingo, mientras Alcaraz ganaba su segundo Roland Garros tras cinco horas y media de épico partido, yo cruzaba mi propia meta personal: 5K en 36 minutos. ¿La marca? Una caca. Pero a veces el objetivo no es volar… es llegar. La que la sigue, la consigue.

También he recuperado mi forma física. Venía de una lesión cervical causada por un accidente que me obligó a parar en seco (nunca mejor dicho). Nada de cargas, solo movilidad y paciencia (esa gran virtud que nunca me tocó en el reparto). Pero, poco a poco, he vuelto a mis entrenos, a mis dominadas, y a mirar las pesas sin rencor. La que la sigue, la consigue (sí, repito mantra porque funciona).

¿Y la alimentación? Uf. Esa era mi cruz. No porque el plan no me gustara (de hecho, era más variado que el buffet de muchos hoteles), sino porque la báscula y el metro para tomar medidas me dan más miedo que Hacienda cuando me manda alguna notificación. Y sin embargo, entre cambios hormonales, eventos sociales y algún que otro viajecito… ¡reto superado! Kilos fuera y autoestima arriba. La que la sigue, la consigue (sí, otra vez).

Total que, si tú también te ves a veces atascada, en plan “¿pero qué hago con mi vida?”, te lo digo claro: ponte las pilas. Nadie va a venir con una varita mágica a rescatarte del sofá. Y sí, es más cómodo esperar a que todo se arregle solo… pero NO VA A PA SAR.

Así que, si algo dentro de ti se remueve, escúchalo. Búscate un reto, o algo que pueda ser tu palanca de cambio, o una chispa que encienda tu mecha. Porque todas tenemos una fórmula de cambio. Y la mía, esta vez, ha sido este reto.

Hoy, con 73,25 horas de actividad acumuladas en seis semanas, una carrera individual de 5K conseguida y las mejores medidas corporales desde que conocí a Josemi, mi nutricionista hace algo más de un año… puedo decir con la frente en alto y los glúteos un poco más firmes: “Estoy más cerca de mi prime”. Ahora sólo me falta creérmelo, pero para eso ya tengo a mi querida Ana echándome una mano.