Empecé con las contracciones el viernes por la noche. Tras pasar la noche en vela, durante todo el sábado estuve regular. Por la tarde terminé yendo al hospital, y tras comprobar que aquello aún estaba muy verde, me mandaron para casa. Ya de paso, como la cosa se calmó un poco, nos fuimos a cenar a casa de Javi y Ana. Eso sí, después, la del sábado fue otra noche toledana…El domingo, cuando el Tito y Laura pasaron a despedirse porque ya volvían a Madrid tras pasar unos días en la playa, después de pasar todo el día retorciéndome por el dolor entre el sofá, la cama y la silla, por la tarde ya no podía más y volvimos al hospital.
Resultó que sí, que aún podía aguantar mucho más dolor porque hasta bien entrada la madrugada no me pusieron la epidural, aquella bendita anestesia que me dejó tomar consciencia de que el mejor momento de mi vida estaba a punto de llegar. Llevaba meses esperándote, pero en realidad no fue hasta el momento en que aquella enfermera me dijo “pon la ropita que le vayas a poner a tu hija a los pies de la cama, que nos vamos para abajo (al paritorio)” cuando me quedé helada porque en tan sólo unos minutos más TU ibas a revolucionar mi vida…Hasta entonces, éramos “mi ombligo” y yo…Pero desde ese domingo, a las 5:45 de la mañana, momento en que llegaste a revolucionar mi vida, todo ha girado en torno a ti y unos años más tarde en torno a tu hermana también).
Hoy cumples 9 años, y no puedo dejar de observarte cuando lees, cuando ves la tele, cuando hablas con tus amigas, cuando juegas, cuando estás enfadada…Sufro con tus problemas y por el contrario, mis días más felices son aquellos en los que más te veo disfrutar. Desde que tienes uso de razón, casi a diario, tú estás ahí para recordarme lo guapa que soy y cuánto me quieres. Perdonas todos mis errores con un simple “no pasa nada mami”; alegras mis días más tristes, y siento un enorme orgullo y placer cuando juntas intentamos dar respuestas a las preguntas que te plantea esta vida a tus 9 años.
Hace poco, después de estar durante dos horas hablando de nuestras cosas, me dabas las gracias por escucharte. Y te lo dije ese día, te lo digo hoy y te lo diré las veces que haga falta: gracias a ti, siempre, por querer compartirlo conmigo.
Hoy sólo tienes 9 años, y aunque tenga grabaciones de audio en las que dices que estarás siempre conmigo y que nunca dirás que soy una madre pesada, sé que ese día llegará. Pero también sé que será igual de apasionante, agotador a veces, pero apasionante, porque no hay nada que me haga más feliz en este mundo que verte crecer junto a tu hermana.
¡Feliz cumpleaños bicho!
(P.D. Hoy me hacía ilusión despertarte con esta carta , que además he querido publicar en el blog porque al saber que te ha emocionado, quiero que se quede en algún sitio guardada para el recuerdo, y aquí sé que no se perderá. Además, también te dejo de recuerdo la canción que más me emocionaba escuchar cuando estabas dentro de mi: Respiras y yo (Kesia) https://www.youtube.com/watch?v=msEJsF91VKE)