Shhhh…aún está todo en silencio esperando a que, a partir de la semana que viene, la marabunta vuelva a su sitio. Poco a poco se van viendo signos de que las vacaciones se están acabando. Barrigas y mofletes hinchados; caras de saturación después de compartir tanto tiempo con nuestros seres queridos, y buscando algún momento de soledad; gente negra como tizones; y escaparates que ya intentan engatusarnos con sus propuestas para el otoño que se avecina.
Aunque por un lado estoy deseando quedarme en ese estado de letargo eterno en el que soy capaz de entrar en vacaciones, por otro espero con ganas el inicio del nuevo curso escolar y con él, la llegada del frescor que durante este verano ha decidido serme más infiel que el “rexona, que nunca te abandona”
Otra de las sensaciones que me encanta con el final de las vacaciones, es la de pensar en nuevos proyectos y objetivos para lo que queda de año. Aún tengo cuatro “mesecicos” por delante para hacer cosas este año, para cumplir objetivos nuevos con los que seguir mejorando personal y profesionalmente…Así que, como me encantan las libretas, ya estoy dándole duro a las listas…¡a ver qué se me va ocurriendo!
De momento, y sin innovar nada, ya he retomado trabajo, dieta y gimnasio…Con un poco de suerte, después de estos cuatro días de dieta cogeré un poco de colchón para el darme el homenaje con las celebraciones varias que tengo este fin de semana. Y la semana que viene, ya sí que sí, a tope con la proteína y la verdura…Fuera cervecita con su hueva y sus almendricas, fuera gin-tonics, fuera frutos secos, fuera marraneo y bienvenida vida sana…Aunque reconozco que, igual que el frescor me ha sido infiel a mí, yo también haré lo mismo con la montaña de vegetales y proteína a la plancha de vez en cuando, que este cuerpo serrano y la fuerza de voluntad que tiene una, también se merecen algún premio de vez en cuando.
El post de hoy, aparte de utilizarlo para retomar el hábito de seguir compartiendo contigo mis reflexiones, es para invitarte a que tú también cojas papel y lápiz y empieces a meditar sobre las cosas que vas a hacer de aquí a que acabe el año…Seguro que hay algo nuevo que puedas hacer y que te de vidilla. Eso sí, sé realista y comprometido. Ya sabes que somos débiles para abandonar un proyecto, un sueño o un objetivo a la primera de cambio, así que a la hora de hacer esa lista, procura no ser utópico y proponte cosas realistas. Cosas realistas, pero que desees de verdad, porque solo así serás capaz de superar los obstáculos y bajones con los que te encontrarás en el intento. Por lo tanto, dejaremos la utopía de nuestros sueños al azar de la lotería de Navidad, que también está cerca y nos centraremos en nuestra realidad. Y una vez tengamos nuestros objetivos claros, ¡a por ellos con todas nuestras ganas y entusiasmo!
Creo que el mayor enemigo de cualquier meta que uno quiera alcanzar es la excusa de la falta de tiempo. Casi siempre, cuando alguien desea conseguir y no hace nada para lograr algo, termina diciendo aquello de: «es que me encantaría, pero me es imposible porque no tengo nada de tiempo libre, e intentarlo para luego dejarlo…no. Mejor esperaré a tener más tiempo» – seguro que te suena el diálogo…
Pero para que la falta de tiempo no sea un problema para ti, voy a compartir contigo la “técnica de la media hora” de la que hablo en mi libro “Un poto, dos niñas y un blog”. No, no he inventado nada, ni tengo la panacea contra la falta de tiempo, pero sí es cierto que en un momento en el que necesitaba salir de mi estancamiento, se me ocurrió este método para aprovechar más y mejor el tiempo. Espero que si te sirve de algo, compartas conmigo tu éxito.
Suelo tener por costumbre terminar mis entradas con algún video relacionado con el tema que trato. Hoy, aunque me ha costado decidirme a hacerlo, termino esta entrada compartiendo contigo uno de los booktrailers que, no sé si por vergüenza o por modestia, tengo guardado en la recámara desde que me lo regalaron los de la editorial Círculo Rojo al publicar el libro. Pero lo cierto es que me siento tan orgullosa de haber alcanzado este objetivo, que si te pido que compartas tus éxitos conmigo, no voy a hacer yo menos contigo. Así que aquí va uno de mis logros, conseguido entre otras cosas porque un día me comprometí con mi lista de objetivos, porque fui fuerte y no caí en las garras de ninguna excusa para abandonar y porque creo que uno puede conseguir cualquier cosa que se proponga.