No señores, por mucho que lo diga mi whatsapp “no estoy en línea”. Después de haber tenido la oportunidad de participar en un importante estudio científico durante mis quince días de vacaciones, puedo corroborar y corroboro, que las patatas fritas engordan – por favor, el gracioso de turno que esté pensando en decir eso de que no engordan las patatas sino el que se las come, que se ahorre la gracia, que no está el horno para bollos… quien pillara ahora un bollito con mi café en vez de esta tortita de avena…
Vamos a repasar la lista:
Tal y como temía, queda confirmado que las patatas fritas engordan…y la cerveza, el vino, el gin-tónic, la hueva con almendra, las hamburguesas, los M&Mms, los Jelly Belly…¡CONFIRMADO QUE CASI TODO LO QUE HE COMIDO ENGORDA!
Pero que no cunda el pánico. En una semana mis bichos empezarán el colegio y podré ver cómo, un año más y después del ajetreo del verano, todo vuelve a su sitio…Bueno, todo menos mi cintura, que otra vez me toca empezar a buscarla. Mira que pierdo cosas: las llaves del coche, el DNI, joyas, papeles, la paciencia…Pero nada que tarde y me cueste tanto recuperar como la cintura.
He decidido que la próxima vez que se gasten las pilas de la báscula no voy a esperar a que venga el “duendecillo de las pilas” a cambiarlas, porque esta vez no sólo ha tardado meses en venir, sino que cuando lo ha hecho, la báscula ya estaba rota…Total, que he terminado comprando una báscula de última generación que me cae inmensamente peor que la que tenía…Qué necesidad tendré yo de tanta información: que si el agua de mi cuerpo, mis huesos, mis músculos…Si al final todo se reduce a que peso 3kg más que la última vez que me pesé allá por el final del invierno…En fin, no me voy a dejar llevar por la crisis de ansiedad que me está merodeando y me lo voy a tomar con calma.
De momento, el corte de pelo parece que es favorecedor, o al menos es lo bastante radical como para que la gente, cuando me vea, me diga antes eso de “vaya corte de pelo” que lo de “te ha sentado bien el verano, ¿eh?”. Con eso ganaré alguna semanita de ventaja para perder algún kilillo antes de que alguien me venga con eso de “se te ve mejor cara así, que hace unos años te quedaste fea de flaca que estabas” – cegatos…
Ya está puesta en marcha toda la artillería pesada: nevera llena de proteínas, verduras, algo de fruta y lácteos; avena para intentar innovar con algún postre acalórico; infusiones y….y poco más, la verdad. Pero bueno, voy a ser fuerte, porque tengo dos estupendos meses, con sus días y sus noches, sus fines de semana y festivos, para llegar a los cuarenta estupenda. Sí, mi madre me dice que ya lo estoy y mi padre más, pero yo me quedo con el «ni tanto ni tan calvo«, y con que siempre se puede mejorar algo.
Alimentándome en condiciones y volviendo a mi entrenamiento de alta intensidad, mis carreritas y mi «ciclo indoor» – todo ello endulzado con altas dosis de paciencia y buen humor – seguro que puedo conseguir el reto….¡¡¡pero cuaaaaaaaanto me va a costar!!!
¡Ay! mis copitas de vino después de acostar a mis bichos…Volveremos a encontrarnos, de eso estoy segura, pero de momento, tendremos que dejar nuestra relación durante un tiempo. Necesitamos un respiro.
Y mientras me tomo ese respiro de comida supuestamente insana pero que a mí me da la vida, seguiré buscando distracciones para no caer en el capricho de “malalimentarme” durante un tiempo.
Está claro que una servidora se ceba sobre todo cuando se relaja, así que procuraré no relajarme mucho y mantenerme lo más ocupada posible: es hora de retomar el punto, los estudios y la escritura. Así sé que podré ser fuerte y evitar caer en la tentación, que aunque Oscar Wilde dijera que la mejor manera de librarse de la tentación era cayendo en ella, yo lo voy a evitar a toda costa…Y si de aquí a mis cuarenta no me queda más remedio que caer en ella algún fin de semana, lo haré de manera que parezca un accidente…
Y mientras piensas en cómo te vas a mantener tú distraído, aquí te dejo una receta milenaria para adelgazar, eso sí, en modo de rumbita, que mover las carnes también nos va a venir bien a todos…
Mucho ánimo con el plan de entrenamiento y el regreso a la cordura! No eres la única que ha entrado en pánico con los kilos después de un verano lleno de gozo! Saludos!
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