La mayoría de la gente dice no ser de los que celebra San Valentín. Yo soy de las que lo celebra todo.
Celebro tener un buen día, conseguir saltar el cajón en el box sin sufrir un ataque de ansiedad, poder ir al baño sin interrupciones de “mamiiiiii, ¿dónde estás?”, encontrarme una moneda de un euro, disfrutar de buena salud, una salida …¡Todo!
Hace meses que no escribo y justo mientras aprovechaba la tarde del domingo para adelantar algo de trabajo, ¡zas! Me han entrado ganas de pasarme por aquí…Y eso también lo celebro.
Pero claro, entramos en la semana del amor, del rojo, de los corazones, labios rojos y unicornios… ¿cómo no escribir sobre ello? Vale sí, todo eso es una cursilada, pero ¿acaso es malo ser cursi? Pues la verdad es que me da igual, llámame cursi, pero yo lo celebro. No hace falta irse a una cena de gala con actuación de grupo musical y chocolatada, que oye, si es lo que te gusta hacer, a mi me parece perfecto. Pero ¿a quién no le gusta que le digan de vez en cuando eso que mi padre le dice a mi madre de “hoy te quiero más que ayer y menos que mañana”?…Eso sí que es una celebración…¡ay el amor!
Después de unos meses anímicamente más bajos de lo normal – que no cunda el pánico que he podido disimularlo estupendamente mientras me lo gestionaba – y ahora que febrero ya está en su ecuador, por fin puedo decir que he podido arrancar el año con la energía que tanto echaba de menos. He aquí un motivo más para celebrar.
La vuelta a la vida sanamente disfrutada, wods del gym superados con energía y músculos que vuelven a florecer, cambios en el trabajo, bichos creciendo super sanas y haciéndome disfrutar la vida como nadie…Sí señor, si el estado de mi Whatsapp hablase por sí sólo, diría que hoy me siento satisfecha. Y eso también hay que celebrarlo.
Veo gente que camina por la vida con la cabeza agachada, sin ver más allá de lo que marca el ritmo de sus pies y sin tener la sensación de que celebren mucho. Pero cuando vas por la vida levantando la cabeza y observando conscientemente lo que te rodea, lo que tienes y las posibilidades que hay a tu alcance, es cuando el ritmo de tus pies suena a rock, chocolate, queso y vino – cada vez que leo estas palabras juntas me vienen a la memoria mis temidas migrañas, y también celebro que ya no son ni la mitad de lo que eran.
Así pues, aprovecho para daros la bienvenida a la semana del amor. Pero no olvidemos que es una semana más. Y si la semana pasada celebrabas cosas, hazlo esta también y si no lo hacías, empieza a hacerlo, porque cuando celebras los días uno a uno, vives mejor.
Y a ti, que no te gusta este día y que eres de esas personas que piensa que es una invención de El Corte Inglés, estoy segura de que lo que sí te gustará es sentirte querida. Así que para ti también, feliz San Valentín.