No sin mi bolso


¿Cuántas veces has dicho eso de “está en mi bolso, cógelo…pero no te asustes con lo que puedas encontrar ahí dentro”?

Creo que si se hiciera un estudio de lo que las mujeres, y cada vez más hombres, llevamos en el bolso, los 16 tipos de personalidades que definió Myers-Briggs se ampliarían considerablemente.

Llevo 2 semanas queriendo poner orden en el bolso y no sólo no lo consigo, sino que voy acumulando más y más. De momento y hasta que encuentre hueco, he decidido ir alternándomelo de brazo en brazo, para poder ir distribuyendo el peso a partes iguales, evitar luxaciones de hombros y “bolas” en la parte de las cervicales, que empiezan a parecerse a una chepa más que a una inflamación pasajera.

El tema es que soy desorganizada a la par que resolutiva…¡muy resolutiva! Y claro, ¿cómo renunciar a tener a mano las tantas cosas que en un momento dado nos pueden salvar de un percance?…En un principio llevaba el tema del contenido de mi bolso bastante en secreto, pero cuando descubrí en “Groupon” que ofertaban un organizador de bolsos, respiré y me dije: vaya, parece que esto no va a ser sólo cosa tuya, Natalia…Viendo mi bolso, es obvio que el organizador no me lo compré.

El caso es que entiendo que la juez Alaya haya decidido llevar un trolley, esa mujer sí que debe solucionar papeletas…Ríete tú de Mary Poppins. Yo no sé ellas, pero yo hoy, con mi bolso a mano, soy capaz de: quitar manchas con las toallitas de bebe y el stick de Ariel, sacar astillitas con mis pinzas de depilar, quitarte las molestias del día con ibuprofeno o paracetamol, darte una chuche en caso de que tengas una bajada de tensión, desinfectar heridas con mi desinfectante de manos, darte un toque de color en caso de que tengas que arreglarte para una cita imprevista, salvarte de una urgencia femenina…Tengo horquillas, coleteros, bolígrafos, papel, chupetes, varios pares de gafas de sol y las de ver…Vamos, ¡que tengo de tó chiquilla!!!bolso

Eso sí, no me pidas un clínex. No me preguntes por qué, pero si hay algo que siempre me falta son los clínex…Un tema que tendré que gestionar.

El bolso es capaz de sacar lo mejor y lo peor de uno mismo. Te provoca sonrisas cuando eres capaz de sacar a alguien de un apuro con el menaje que llevas dentro, pero también es capaz de provocarte ansiedad, sudores y hasta cabreos cuando tienes que buscar las llaves o el móvil…

En fin, la próxima vez que cojas mi bolso y veas que pesa un quintal, no hará falta que me vuelvas a preguntar qué llevo ahí dentro, porque como chica precavida y preparada para la vida moderna, tengo de todo. Con mi bolso, que dicho sea de paso, imagino que algo de efecto hará a la hora de fortalecer mis brazos – no hay mal que por bien no venga –puedo tararear aquello que cantaba el futbolista Reina en el anuncio de “me siento seguraaaaaa…”

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